El 2 de octubre del 68, aquel que no se olvida, como se suele decir cada vez que un aniversario más de ese trágico acontecimiento se acerca.
No solo significa recordar una tragedia y el movimiento estudiantil, si no, también puede significar como el principio del fin del PRI en el poder, el principio del fin de ese gobierno con tintes autoritarios.
Demostrando que si un solo individuo alza la voz, el gobierno no teme, pero si muchos individuos, se organizan y forman un solo ser, pero manteniendo la individualidad de cada integrante de ese ser, el gobierno teme. “El pueblo no debe de temerle al gobierno, el gobierno debe de temerle al pueblo” como diría “V” en la película de “V de Venganza”.
Debido a los hechos que en ese día se suscitaron y que ahora en día son conocidos, no tan bien como debieran ser conocidos, ya que aun se sigue hablando con “pinzas” sobre ese asunto. Díaz Ordaz, provoco y ayudo en al caída de su propio gobierno, al actuar de forma errónea y estupida.
Una caída lenta que solo se vería consumida con el triunfo del PAN en las elecciones del 2000.
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